TRAMA

Nuestra historia “comienza” (pronto entenderéis el motivo de las comillas) con David, un chico de dieciséis años que desde hace días sufre una serie de trances de lo más extraordinarios cada vez que acude a cierto tugurio de su ciudad. Como si se tratara de viajes astrales, es capaz de ver a una joven de su misma edad llamada Tyriel, ubicada aparentemente en otro lugar y otro tiempo, así como de comunicarse con ella. Tras varios “encuentros”, David ha resuelto que su cordura está intacta y que lo que está viviendo no son meros delirios. Un vínculo especial, mientras tanto, va formándose poco a poco entre los dos…

Así están las cosas cuando, una noche, un “cliente especial” acude a la taberna en busca de David e interrumpe su comunicación con Tyriel. Ni corto ni perezoso, empieza a hablarle de toda una red formada por universos distintos, de mundos diferentes al suyo en los que existe la magia… Finalmente, le confiesa que ha venido en nombre de alguien para llevarle a otra dimensión llamada Arquión; todo sucede de forma muy rápida y confusa a partir de ese momento: un estruendo, una sombra monstruosa y antinatural, una luz morada que todo lo engulle, un dolor abrasivo en el brazo, la sensación de estar despegando como un cohete hacia el cielo… y la nada.

Al despertar, David se encuentra en medio de un bosque y Kratos, como así se hace llamar el desconocido del bar, le asegurará que han viajado a otro mundo; aunque, debido a extrañas circunstancias, no se trata del mundo al que quería llegar. Tampoco parece que puedan salir de allí fácilmente… ¡Genial! ¡Ahora están atrapados en una realidad que ni siquiera su “guía interdimensional” dice conocer! ¿Podrá salir de allí y llegar a ese lugar conocido como “la ciudad de las catedrales”? ¿Podrá llegar a ver esa “Gran Biblioteca” de la que tanto le habla su enigmático acompañante? ¿Podrá volver a su mundo alguna vez? 

Por ahora, solo hay un rastro que pueden seguir. El de Tyriel, quien al parecer habita en el mundo al que han ido a parar: el mundo de Elrien.

LA OTRA TRAMA: ENTRANDO EN LA GRAN BIBLIOTECA

Liam ante una sección recóndita de la Gran Biblioteca, por J.A. Vidaurre

“Advertencia: esta novela y la saga a la que da inicio no narran la historia que encierran de manera lineal. Sus episodios van y vienen, se suspenden y se reanudan, se remontan y vuelven del pasado al presente; una y otra vez, caprichosos pero inexorables como el oscilar de un péndulo”.

Efectivamente, si antes expusimos la contraportada del libro, ahora incluimos aquí un párrafo situado en el comienzo del mismo. ¿Por qué? Veréis: conforme el viaje de David avance, llegaremos a intuir que ciertas cosas han cambiado bastante en los últimos años en ese mundo llamado Arquión. Tanto Kratos como aquellos con los que llegue a ponerse en contacto en su periplo dejarán caer algunas pistas… Sin embargo, si sois pacientes, un poco más adelante, en esta misma novela, podréis ser testigos directos de cómo empezó todo, ocho años atrás…

En Arquión existe una ciudad homónima conocida también como “la ciudad de las catedrales”. Este sobrenombre le viene dado por hallarse repleta de enormes y fastuosas construcciones, la mayoría palacios construidos por orden de hechiceros insignes que, procedentes de otros mundos de la Red, se instalaron allí para estar cerca de nuestra zona cero en esta historia: la Gran Biblioteca. 

En la sección de lugares y personajes hablaremos mucho más de este lugar, e incluso puede que creemos una subsección para hablar de sus rincones más destacados. Por ahora, resumiremos su naturaleza diciendo que la Gran Biblioteca es, al mismo tiempo, uno de los mayores templos de conocimiento de la Red y uno de sus mayores misterios. Ni siquiera se sabe desde cuándo se alzan sus muros, pues la ciudad creció en torno a ella. ¿De dónde proceden sus códices y sus pergaminos? Nadie lo sabe. Simplemente aparecen.

Este vasto edificio, más grande por dentro que por fuera, encierra un poder inconmensurable, y aunque está abierto para casi todo el mundo, existen quienes se encargan de mantenerlo y custodiarlo. En el escalafón de mando más alto se encuentra el sumo bibliotecario, al que dedicaremos también una entrada particular. Por ahora, diremos tan solo que su figura es casi tan enigmática como la propia gran Gran Biblioteca, aunque nadie lo cuestiona desempeñando su labor.

Hasta que un día, mucho antes de que David conociera a Kratos, un extraño apareció moribundo en la cordillera nevada del norte de Arquión. El sumo bibliotecario, por algún motivo, fue capaz de percibir su llegada desde otra dimensión y acudió a rescatarlo. Nadie conocía su identidad; lo que es raro, a pesar de lo inmensa que es la Red; ya que solo unos pocos tienen la capacidad y el permiso para teletransportarse al mundo de la ciudad de las catedrales, y nadie vetado tendría el valor de hacerlo.

El individuo pasó su convalecencia y se recuperó entre los muros de la Gran Biblioteca, para asombro de muchos, incluso de algunos de los subalternos del sumo bibliotecario: pues no entendían que este permitiera a un desconocido acceder así como así al templo. No obstante, la estupefacción colectiva solo acababa de ser prendida; cuando el recién llegado se recuperó, Líam lo nombro bibliotecario menor y lo acogió de forma permanente en la Gran Biblioteca, sin hacerle ninguna pregunta y prohibiendo a cualquiera que intentara sondear su pasado. ¿Cómo alguien de su responsabilidad depositaba esa confianza ciega en quien podía suponer una amenaza para aquello que había estado protegiendo durante una eternidad? ¿Acaso lo motivaba algún propósito secreto? Y, sobre todo, ¿quién era aquel desconocido? Estas respuestas tardarán un tiempo en responderse, pero lo que sí podremos saber enseguida es que una cadena de sucesos arrancó con esta inesperada aparición y acarreó muchas consecuencias que permanecen imborrables en la memoria de nuestros personajes, ocho años después.